Se cumplen doscientos años de la puesta en marcha en nuestro pueblo de un hito en los intentos de industrialización de Andalucía: La “COMPAÑÍA DE MINAS DE HIERRO DE EL PEDROSO Y AGREGADOS”.
Con motivo de este BICENTENARIO, la Asociación Cultural LA FUNDICIÓN de El Pedroso, ha programado una serie de actos que ilustren a los pedroseños, habitantes de la Sierra Morena sevillana, e interesados en general, sobre qué fue aquel gran proyecto, su desarrollo en el tiempo, la influencia socioeconómica en la comarca y las propuestas para el momento actual.
Con motivo de este BICENTENARIO, la Asociación Cultural LA FUNDICIÓN de El Pedroso, ha programado una serie de actos que ilustren a los pedroseños, habitantes de la Sierra Morena sevillana, e interesados en general, sobre qué fue aquel gran proyecto, su desarrollo en el tiempo, la influencia socioeconómica en la comarca y las propuestas para el momento actual.
Junto al programa, que iremos comunicando y que comenzó el 28 de Mayo con la RUTA “GEOLÓGICO ETNOGRÁFICA, MINA DE MONTEAGUDO Y FÁBRICA DE EL PEDROSO”, vamos a ir recogiendo diversos artículos escritos por especialistas en el tema.
La primera CONFERENCIA la impartió el Profesor Julián Sobrino al final de esa ruta y en el marco de lo que fue aquella factoría.
La próxima estará a cargo del investigador y escritor Antonio Villalba Ramos, y tendrá lugar el 12 de Agosto en el Salón de Actos de la Casa de la Cultura, a las 9 de la noche.
Sirva hoy esta breve introducción, para situarnos en el contexto histórico donde se desarrolló aquella iniciativa y de este modo, viajando en el tiempo, poder entender mejor a aquellos emprendedores. Como decimos, la historia y avatares de la Fundición de El Pedroso, vendrá a posteriori.
La primera CONFERENCIA la impartió el Profesor Julián Sobrino al final de esa ruta y en el marco de lo que fue aquella factoría.
La próxima estará a cargo del investigador y escritor Antonio Villalba Ramos, y tendrá lugar el 12 de Agosto en el Salón de Actos de la Casa de la Cultura, a las 9 de la noche.
Sirva hoy esta breve introducción, para situarnos en el contexto histórico donde se desarrolló aquella iniciativa y de este modo, viajando en el tiempo, poder entender mejor a aquellos emprendedores. Como decimos, la historia y avatares de la Fundición de El Pedroso, vendrá a posteriori.
Estamos en 1817 y un grupo de comerciantes y empresarios han tomado la decisión de invertir en un recóndito paraje de Sierra Morena. El paisaje es bellísimo, pero no existen accesos más que para los pastores que arriesgan a meter sus cabras en tan intrincados parajes y que dan como resultado el rico sabor de sus quesos.
Confluyen entre aquellas montañas dos pequeños pero caudalosos ríos, el San Pedro y la Rivera del Huéznar. La orografía propicia que en la corriente surjan saltos de agua y, precisamente, en la confluencia de ambos, no es poca la que llevan sus torrentes hasta el Guadalquivir, pero que antes será aprovechada como energía hidráulica.
Confluyen entre aquellas montañas dos pequeños pero caudalosos ríos, el San Pedro y la Rivera del Huéznar. La orografía propicia que en la corriente surjan saltos de agua y, precisamente, en la confluencia de ambos, no es poca la que llevan sus torrentes hasta el Guadalquivir, pero que antes será aprovechada como energía hidráulica.
Sabiendo, por los datos históricos, estudios realizados y minas existentes, que el entorno es rico en hierro, estamos en el lugar ideal para activar su extracción montando un ingenio fabril que lo trasforme y dé cauce a la demanda, cada vez mayor, que la construcción civil y la industria militar precisa.
Pero centrémonos en los acontecimientos que anteceden o van a la par de esta aventura empresarial.
Doce años atrás se libró la Batalla de Trafalgar y tan solo han pasado tres del final de la guerra contra el invasor Napoleón.
La Guerra de la Independencia ha concluido con el regreso de Fernando VII en 1814, El rey ha vuelto al absolutismo, derogando la Constitución emanada de las Cortes de Cádiz.
Hemos salido de una situación atroz, pero con su final, y pese a las expectativas, no encontramos la paz y el progreso. Se ha comenzado a perseguir a los liberales y, a la fecha, llevamos tres años en que la economía no levanta cabeza.
Pero centrémonos en los acontecimientos que anteceden o van a la par de esta aventura empresarial.
Doce años atrás se libró la Batalla de Trafalgar y tan solo han pasado tres del final de la guerra contra el invasor Napoleón.
La Guerra de la Independencia ha concluido con el regreso de Fernando VII en 1814, El rey ha vuelto al absolutismo, derogando la Constitución emanada de las Cortes de Cádiz.
Hemos salido de una situación atroz, pero con su final, y pese a las expectativas, no encontramos la paz y el progreso. Se ha comenzado a perseguir a los liberales y, a la fecha, llevamos tres años en que la economía no levanta cabeza.
Las colonias americanas hace tiempo que han comenzado a sublevarse, convirtiendo el ultramar patrio en un polvorín, junto a la sangría económica que supone su defensa. La escasa flota naval, aún con alguna victoria, a duras penas consigue ganar una tregua, .
Y para colmo, el intento de reformar la Hacienda pública, ha chocado con quienes ostentan más privilegios, empezando por la propia corona, con el resultado lógico de la quiebra del Estado.
Precisamente en este 1817.
Y en esas, seguimos necesitando naves. El rey gestiona directamente una flota con Rusia ninguneando a su Primer Ministro y al de Marina.
Al llegar los barcos a Cádiz, los responsables de la Marina comprueban el lamentable estado en se encuetra esta adquisición. Ni que decir tiene que las protestas de los astilleros gaditanos han sido sonadas, al no haberles encargado su construcción.
Y para colmo, el intento de reformar la Hacienda pública, ha chocado con quienes ostentan más privilegios, empezando por la propia corona, con el resultado lógico de la quiebra del Estado.
Precisamente en este 1817.
Y en esas, seguimos necesitando naves. El rey gestiona directamente una flota con Rusia ninguneando a su Primer Ministro y al de Marina.
Al llegar los barcos a Cádiz, los responsables de la Marina comprueban el lamentable estado en se encuetra esta adquisición. Ni que decir tiene que las protestas de los astilleros gaditanos han sido sonadas, al no haberles encargado su construcción.
Pese a todo, el emprendimiento continúa. El 16 de Julio de este año, el Puerto de Sevilla ha sido una fiesta, se ha botado el primer buque de rueda a vapor fabricado en España, precisamente en los astilleros de Los Remedios. Con él se crea la ruta comercial para pasaje por el Guadalquivir desde Sevilla hasta Cádiz y viceversa. En su primer viaje lleva a bordo 97 personas. Y por lo que cuentan, hará la ruta tres veces en semana…
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De estas dos ciudades procederán los emprendedores que, en aquel contexto histórico tan desfavorable y convulso, fueron pioneros de la industrialización andaluza. Y como dice el investigador y escritor Antonio Villalba Ramos “…comprometieron gran cantidad de sus recursos financieros para hacer rentable una ferrería creada para fundir y elaborar los materiales de las minas situadas en el Cerro Monteagudo, nombradas Rosalino, San Julián, Juan Teniente, El Fontanal y El Cañuelo, todas ellas sitas en la vecina población de El Pedroso . Con los años la Fábrica se abastecería de 8 minas, de las cuales 6 estaban situadas en la localidad del mismo nombre, y las 2 restantes en S. Nicolás del Puerto… “
Muchos avatares habría de vivir aquella industria que, antes de que mediara el siglo XIX, conseguía posicionarse en el mercado internacional con producciones de altísima calidad, recibiendo el reconocimiento en distintas exposiciones universales de Londres, Madrid, Filadelfia, París, Viena…
Su final se data en el primer cuarto del pasado siglo, pero de eso y más, podréis seguir leyendo en los siguientes artículos que irán apareciendo en nuestro CRÓNICAS-Blog.
Hoy, desde la Asociación Cultural LA FUNDICIÓN de El Pedroso, al cumplirse los doscientos años de aquella iniciativa, queremos que ese espacio tan singular, donde se logró un hito en la industrialización del sur, se mantenga vivo y sea un lugar de especial protección.
De este modo, y uniéndonos al proyecto del Profesor Julián Sobrino Simal, (Profesor Titular de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura - Universidad de Sevilla) hemos solicitado formalmente a la Junta de Andalucía, que todo el recinto fabril que aún pervive, sea declarado BIEN DE INTERÉS CULTURAL, como parte integrante de la cultura tecnológica de Andalucía, para que, de este modo, se promueva la investigación que garantice sea preservado y trasmitido a las futuras generaciones.
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De estas dos ciudades procederán los emprendedores que, en aquel contexto histórico tan desfavorable y convulso, fueron pioneros de la industrialización andaluza. Y como dice el investigador y escritor Antonio Villalba Ramos “…comprometieron gran cantidad de sus recursos financieros para hacer rentable una ferrería creada para fundir y elaborar los materiales de las minas situadas en el Cerro Monteagudo, nombradas Rosalino, San Julián, Juan Teniente, El Fontanal y El Cañuelo, todas ellas sitas en la vecina población de El Pedroso . Con los años la Fábrica se abastecería de 8 minas, de las cuales 6 estaban situadas en la localidad del mismo nombre, y las 2 restantes en S. Nicolás del Puerto… “
Muchos avatares habría de vivir aquella industria que, antes de que mediara el siglo XIX, conseguía posicionarse en el mercado internacional con producciones de altísima calidad, recibiendo el reconocimiento en distintas exposiciones universales de Londres, Madrid, Filadelfia, París, Viena…
Su final se data en el primer cuarto del pasado siglo, pero de eso y más, podréis seguir leyendo en los siguientes artículos que irán apareciendo en nuestro CRÓNICAS-Blog.
Hoy, desde la Asociación Cultural LA FUNDICIÓN de El Pedroso, al cumplirse los doscientos años de aquella iniciativa, queremos que ese espacio tan singular, donde se logró un hito en la industrialización del sur, se mantenga vivo y sea un lugar de especial protección.
De este modo, y uniéndonos al proyecto del Profesor Julián Sobrino Simal, (Profesor Titular de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura - Universidad de Sevilla) hemos solicitado formalmente a la Junta de Andalucía, que todo el recinto fabril que aún pervive, sea declarado BIEN DE INTERÉS CULTURAL, como parte integrante de la cultura tecnológica de Andalucía, para que, de este modo, se promueva la investigación que garantice sea preservado y trasmitido a las futuras generaciones.
Y como siempre aspiramos a más, entendemos que es hora de que se lleve a cabo un PROYECTO DE INTERPRETACIÓN DE LA MINERÍA en toda la comarca, incluyendo Villanueva del Rio y Minas. Contamos con un legado minero y fabril que trasciende en el tiempo, desde antes de que existiera el industrial municipio romano de Munigua y tiene su ocaso a finales del siglo XX.
En la actualidad, aquel subsuelo, sigue teniendo mucho que aportar, no ya desde la extracción y transformación, sino desde la recuperación histórica, que también supondrá un gran valor económico, si se aúnan las voluntades para explotarlo como recurso turístico.
Dejar en el olvido esos referentes arquitectónicos e históricos de nuestra arqueología industrial, será perderlos para siempre y con ellos, el legado de nuestra memoria a las futuras generaciones.
Como es sabido, en LA FUNDICIÓN, vamos siempre más allá de enunciar los proyectos, de ahí que pongamos al servicio de nuestro entorno, iniciativas, creatividad y conocimientos. Pero es necesario que unamos voluntades en favor de un objetivo común, objetivo que se hará posible cuando, tras él, exista una masa crítica que lo apoye.
No dudes en unirte a ello asociándote a LA FUNDICIÓN.
http://www.lafundiciondeelpedroso.org/participa.html
Tomás L. Chaves Antolín
Presidente de la Asociación Cultural LA FUNDICIÓN de El Pedroso
En la actualidad, aquel subsuelo, sigue teniendo mucho que aportar, no ya desde la extracción y transformación, sino desde la recuperación histórica, que también supondrá un gran valor económico, si se aúnan las voluntades para explotarlo como recurso turístico.
Dejar en el olvido esos referentes arquitectónicos e históricos de nuestra arqueología industrial, será perderlos para siempre y con ellos, el legado de nuestra memoria a las futuras generaciones.
Como es sabido, en LA FUNDICIÓN, vamos siempre más allá de enunciar los proyectos, de ahí que pongamos al servicio de nuestro entorno, iniciativas, creatividad y conocimientos. Pero es necesario que unamos voluntades en favor de un objetivo común, objetivo que se hará posible cuando, tras él, exista una masa crítica que lo apoye.
No dudes en unirte a ello asociándote a LA FUNDICIÓN.
http://www.lafundiciondeelpedroso.org/participa.html
Tomás L. Chaves Antolín
Presidente de la Asociación Cultural LA FUNDICIÓN de El Pedroso