Mientras no los olvidemos, permanecerán.
Tomás L. Chaves Antolín Mañana comenzamos la publicación de esta obra de Luis Odriozola que en su mayor parte, es desconocida para el público en general. Supe de su existencia cuando uno de los relatos apareció publicado hace años en la Revista de Feria de El Pedroso. Me fascinó. Mi hermana Mª de los Ángeles, alumna que fue de Trini Sáez, me habló de la existencia de muchos más y... pasó el tiempo, las visitas a mi pueblo se hicieron frecuentes, se creó la Asociación Cultural LA FUNDICIÓN de El Pedroso, lanzamos el proyecto del Centro de la Cultura Escuelas Nuevas y entre todos se consiguió llevarlo a cabo. La colaboración de muchos pedroseños aportando piezas, objetos y fotos de nuestro pasado fue esencial. Esto hizo que me volviera a encontrar con la familia Odriozola Sáez... en concreto con Jose Mari, amigo de mi hermano Salvador, compañeros de oficio y de pasiones por nuestra tierra y su historia. Y mucha ha sido la colaboración que desde entonces nos ha prestado. Pero, ¡Dios! como había crecido aquel niño. Creo que la vez anterior que hablé con él fue una noche de Reyes Magos cuando, tras la Cabalgata donde tuve el honor de encarnar a su majestad el Rey Melchor, le entregué los juguetes que con tantos avatares habían llegado desde el mismísimo Oriente. Bueno, a él y a sus hermanos. Pero a él en concreto lo tuve en brazos. Doy fe de la extraordinaria acogida que nos dieron sus padres Trini y Luis, agasajándonos con todo tipo de dulces y delicias variadas entre las que no faltó la copita de aguardiente de guindas. Como no podía ser de otra manera, el director de tan magno evento, Winoco Marín, dejó constancia fotográfica de lo que digo y ahí os dejo la prueba: Pues bien, ha sido José Mari, al que ya hemos podido leer en estas páginas, quien me facilitó este delicioso libro preñado de historias que conforman el cotidiano de una época, pero que Luis Odriozola llena de vida a través de sus personajes con quienes las reviviremos y que os invitamos a leer durante 125 días, tantos como relatos. Nuestro infinito agradecimiento a Trini Sáez por autorizarnos a publicar estos "Cuadernillos del Arca del Agua" en CRÓNICASblog, y por propiciar que no se quedaran en apuntes dispersos o en la mente de su querido esposo Luis. Sea en su memoria. |
Breve semblanza de un escritor Por José María Odriozola Sáez Tomás ha tenido la deferencia de pedirme una pequeña reseña sobre el autor de “Los Cuadernillos del Arca del Agua”. Cojo el guante advirtiendo mi parcialidad. Si difícil es prologar una obra ajena y bien escrita, la cosa se complica si esta es la de tu padre. Don Miguel de Cervantes decía que para componer historias y libros de cualquier suerte que sean, era menester un gran juicio y un maduro entendimiento y Luis Vives mantenía que todo escritor tenía antes que haber leído mucho, meditado, ensayado y corregido. En “Los Cuadernillos del Arca del Agua” encontramos ecos de sus lecturas: de las de juventud, como Julio Verne, Rudyard Kipling, Emilio Salgari, y Mayne Reid. Y también las de madurez como Galdós, Menéndez Pidal, Ganivet, Unamuno y Marañón. Sin olvidar a la generación maldita (ideológicamente) de Foxá, Ridruejo, Víctor de la Serna, César Gonzalez-Ruano; todos dejaron algo... La facilidad para escribir estos relatos, muchos de ellos casi a capela, era fruto de su inteligencia, sensibilidad y erudición. Aún me parece estar viéndole frente a su Olivetti consultando apuntes garabateados en servilletas sobre varios tomos del Espasa apilados junto a su sillón. Aunaba a su capacidad creativa la virtud de saber escuchar y así, personajes como “El Pollo”, “Pepito el Vaquero”, “Pedrito Bulla” o “Burrita” se sentían cómodos para contarles a su manera su vida, esa que ellos creían que a nadie importaba y que sólo parecía interesarle a Luis. Mi padre fue consciente muy pronto de la información valiosa que se perdía con el cambio generacional. Estos testigos, protagonistas de muchos de sus relatos le regalaron la suficiente información para poder condensar en la brevedad de sus relatos la intrahistoria de su pueblo, El Pedroso. Escribió poco y muy tarde, solo la insistencia de mi madre logró que muchas de aquellas historias y personajes quedasen plasmados en papel. Una vez que su relato estaba finalizado, esperaba con interés e impaciencia las críticas de su mujer, de sus hijos y de sus amigos que asumía con deportividad literaria. No olvidaré la expresión de su cara de asombro aquellas navidades que mi mujer y yo le sorprendimos regalándole su libro: “Los “Cuadernillos del Arca del Agua”. A hurtadillas fuimos sisándole los escritos de sus carpetas y tras pasarlos en secreto, lo devolvíamos sin la más mínima sospecha. Sabíamos que le ilusionaría y acertamos. Emocionado, nos dedicó el primer ejemplar con estas emotivas palabras: A Eva y José Mª que han logrado, lo que yo no habría hecho nunca. Me han valorado más que yo a mí mismo. Vuestro padre. |
0 Comentarios
Deja una respuesta. |
AutorAsociación Cultural LA MEMORIA PRODIGIOSA.
José Mª Durán Ayo ARTÍCULOS DE José Mª Durán Ayo MÁS ALLÁ DE MI MEMORIA. José María Odriozola Sáez CUADERNILLOS DEL ARCA DEL AGUA. Luis Odriozola Ruiz Archivos del blog por MES
Noviembre 2022
|