Luis J. Tomás García
En la primera mitad del siglo XIX los intentos de industrialización sobre suelo español registran dos experiencias pioneras en el campo de la siderurgia: los casos de “La Constancia”, “La Concepción”, “El Ángel”, en la provincia de Málaga, y el caso de “El Pedroso” en Sevilla. La coyuntura depresiva de fines del siglo XIX, donde autores como Pedro Tedde (1) colocan el punto de partida del subdesarrollo andaluz, envuelve y contribuye al fracaso de las tentativas industrializadoras del Sur.
Los primeros días del mes de enero de 1888 la “Compañía de Minas y Fábrica de Hierros y Aceros del Pedroso” se presentó en suspensión de pagos ante el Juzgado de 1ª Instancia de San Vicente, en Sevilla. Era el fin de una lenta agonía y una lánguida existencia arrastrada desde 1865, fecha en que la producción siempre modesta de esta siderurgia ya se había reducido notablemente, coincidiendo con el fin de lo que J. Nadal ha llamado hegemonía andaluza en el panorama siderúrgico español del siglo XIX (3).
Reunida la Junta General de acreedores el día 20 de febrero de 1888, decidió conceder a la Compañía del Pedroso un plazo de dos años para regularizar su situación y nombró una comisión de tres acreedores para intervenir en todas las operaciones necesarias a tal fin.
Entre estos acreedores destacamos, por su significación, a la “Compañía de Ferrocarriles de Madrid a Zaragoza y a Alicante” M.Z.A. - propietaria de Minas de la Reunión en la cuenca hullera sevillana de Villanueva del Río desde 1876- a quien la Compañía del Pedroso adeudaba por suministro de carbón la cantidad de 30.000 pesetas (4), coste de unas partidas recibidas entre septiembre y diciembre de 1887 y en enero de 1888, que sumaban 2.000 T de hulla (5).
M.Z.A. Y LA COMPAÑÍA DEL PEDROSO
La relación entablada entre la Compañía M.Z.A. y la Compañía del Pedroso se remontaba al año 1876, fecha en que ésta última vendió a M.Z.A. las minas de carbón de Garrotal, Cañada y ampliación de las minas conocidas con el nombre de Montalvo, sitas en el término de Villanueva del Río, en Sevilla (6). Según escritura pública otorgada en Sevilla el 26 de diciembre de 1876, la Compañía de Minas y Fábrica de Hierros y Aceros del Pedroso vendió a M.Z.A. las minas señaladas anteriormente (7), comprometiénose la Compañía M.Z.A. “en virtud del contrato celebrado con la misma fecha, a suministrar a la del Pedroso, durante el término de tres años ampliables hasta ocho, y con las demás condiciones estipuladas en dicho convenio, 30.000 T. de carbón al precio de 70 reales la tonelada (8).
¿Constituye la venta de las minas que poseía la Compañía del Pedroso en Villanueva del Río un elemento más de la decadencia iniciada una década antes?
En principio no parece ser así por dos razones. En primer lugar, por los términos mismos del contrato donde la Compañía M.Z.A. se compromete a suministrar 30.000 T de carbón en el plazo de tres años, cifra muy por encima de las expectativas reales de consumo del Pedroso, como más adelante comprobaremos. En segundo lugar, porque no se trata de la primera venta o cesión de minas de carbón que la Compañía del Pedroso realizó. En este sentido, hay que señalar cómo en 1840, la Compañía del Pedroso, propietaria de las minas de San Fernando, Vereda y Amistad, también en el término de Villanueva del Río, vendió las mismas a la Compañía de “La Reunión” (9).
Esta venta presenta la curiosidad de ser hecha a una sociedad, la “Compañía de La Reunión”, cuyo director , el comandante de artillería Francisco Antonio Elorza, era también desde 1832 director facultativo de la Fábrica de Hierros y Aceros del Pedroso, bajo cuya gestión se desarrollaron los momentos más interesantes de esta siderurgia (10).
La utilización del carbón de piedra de Villanueva del Río en los hornos de afinado del hierro de la Sociedad del Pedroso está datada desde 1831 con certeza (11), si bien es muy probable que su uso se remonte a los inicios de la siderurgia, que ya en 1817 se hallaba en funcionamiento (12).
La relación entablada entre la Compañía M.Z.A. y la Compañía del Pedroso se remontaba al año 1876, fecha en que ésta última vendió a M.Z.A. las minas de carbón de Garrotal, Cañada y ampliación de las minas conocidas con el nombre de Montalvo, sitas en el término de Villanueva del Río, en Sevilla (6). Según escritura pública otorgada en Sevilla el 26 de diciembre de 1876, la Compañía de Minas y Fábrica de Hierros y Aceros del Pedroso vendió a M.Z.A. las minas señaladas anteriormente (7), comprometiénose la Compañía M.Z.A. “en virtud del contrato celebrado con la misma fecha, a suministrar a la del Pedroso, durante el término de tres años ampliables hasta ocho, y con las demás condiciones estipuladas en dicho convenio, 30.000 T. de carbón al precio de 70 reales la tonelada (8).
¿Constituye la venta de las minas que poseía la Compañía del Pedroso en Villanueva del Río un elemento más de la decadencia iniciada una década antes?
En principio no parece ser así por dos razones. En primer lugar, por los términos mismos del contrato donde la Compañía M.Z.A. se compromete a suministrar 30.000 T de carbón en el plazo de tres años, cifra muy por encima de las expectativas reales de consumo del Pedroso, como más adelante comprobaremos. En segundo lugar, porque no se trata de la primera venta o cesión de minas de carbón que la Compañía del Pedroso realizó. En este sentido, hay que señalar cómo en 1840, la Compañía del Pedroso, propietaria de las minas de San Fernando, Vereda y Amistad, también en el término de Villanueva del Río, vendió las mismas a la Compañía de “La Reunión” (9).
Esta venta presenta la curiosidad de ser hecha a una sociedad, la “Compañía de La Reunión”, cuyo director , el comandante de artillería Francisco Antonio Elorza, era también desde 1832 director facultativo de la Fábrica de Hierros y Aceros del Pedroso, bajo cuya gestión se desarrollaron los momentos más interesantes de esta siderurgia (10).
La utilización del carbón de piedra de Villanueva del Río en los hornos de afinado del hierro de la Sociedad del Pedroso está datada desde 1831 con certeza (11), si bien es muy probable que su uso se remonte a los inicios de la siderurgia, que ya en 1817 se hallaba en funcionamiento (12).
El comienzo de esta última etapa de actividad de la Fábrica del Pedroso (21) muestra una gran irregularidad a la par que un escaso producto. El informe de la Compañía M.Z.A. de abril de 1878 hacía referencia al problema: “la fábrica del Pedroso, hace como se ve, pedidos de muy poca importancia. Mientras la explotación de la línea de Mérida no llegue hasta sus mismos Talleres (22) parece que no puede pensarse un gasto mayor de combustible. Hasta la fecha le hemos suministrado 2.697 T a cuenta de su contrato. Sus pagos son exactos a los cuatro meses de plazo” (23).
Corrobora esta misma idea una nota del informe de junio de 1878 que explica la situación: “ …El Pedroso nos ha pedido suspender por ahora el envío de carbón a su fábrica hasta que, habiendo pasado la época de las faenas del campo, vuelva a tener carretas para sus transportes” (24).
Al término de los tres años iniciales del contrato con M.Z.A. la Fábrica del Pedroso sólo había consumido en sus hornos una décima parte del tonelaje pactado, exactamente 3.202,66 T. , que había alimentado la producción de no más de 1.500 T. de hierro afinado. Se hacía, de esta forma, necesaria la ampliación del contrato por otros cinco años desde el enero de 1880.
Sólo a partir de 1882 se registra un período de mayor regularidad en el consumo, con valores superiores a las 2.000 T. anuales de carbón, y una tendencia progresivamente ascendente en los pedidos hasta el mismo momento de la presentación de la suspensión de pagos en 1888. Son los dos años anteriores a la suspensión de pagos los que registran, paradójicamente, el mayor volumen de pedidos; cantidades de carbón mineral muy similares a las consumidas en los años de mayor actividad de esta siderurgia.
En esos mismos años anteriores al cierre de la explotación se produjo, también, una interesante tentativa de transformación en el sistema de producción de esta fábrica. Así, en 1884, la Sociedad del Pedroso tanteó la posibilidad de utilización de coke en la fundición y, para ello, solicitó información de las minas de La Reunión (M.Z.A.) sobre el precio de coste y la conveniencia del proyecto:
“Je confirme aujourd’hui l’evaluation de mon précédent rapport estimant a 10 p. le bénéfice que nous pourrions faire par tonne de charbon transformée en coke pour l’usine a fer du Pedroso. En effet, d’aprés les derniers cours, le coke anglais arriverait au Pedroso à des prix compris entre 194,5 rs. Et 214,5 rs.: = 48,6 et 53,6 p. … le notre a 6 p. de moins que le minimun, c.a.d. a 42,5 p. soit 170 rs (dont 15 rs. de transport); nous arriverions au bénéfice indiqué…” (25).
La rentabilidad del proyecto en los términos planteados por el Ingeniero Jefe de La Reunión era segura: un beneficio de 10 pts. por tonelada y un precio inferior en seis pesetas, como mínimos, en comparación con el coke inglés.
Sin embargo, un año después, ante lo que parecía ya una propuesta formal para el suministro de coke a la Sociedad del Pedroso, la dirección de las Minas de la Reunión mostraba una gran cautela y trataría de eludir el compromiso. ¿Razones?
Podemos encontrarlas en el sucesivo incumplimiento del contrato de 1876, sobre suministro, y de sus prórrogas, y sobre todo las dudas que planteaba la utilización del coke por la Sociedad del Pedroso.
“…J’ajoute qu’ilest d’autant plus convenable de nous de’charger de ce soin sur la Cie. Du Pedroso… …Enfin il est doteux que l’emploi du coke par la Societé du Pedroso doive ëtre bien durable” (26).
EL FUNDAMENTO DE UNA ESPERANZA DE PROGRESO LLAMADA “EL PEDROSO”.
Para hacernos una fiel idea de la dimensión de la actividad económica de la Fábrica de Hierros y Aceros del Pedroso, en su etapa de mayor esplendor, resulta muy ilustrativa la descripción que hace Madoz de esta siderurgia en el año 1849 (13):
Corrobora esta misma idea una nota del informe de junio de 1878 que explica la situación: “ …El Pedroso nos ha pedido suspender por ahora el envío de carbón a su fábrica hasta que, habiendo pasado la época de las faenas del campo, vuelva a tener carretas para sus transportes” (24).
Al término de los tres años iniciales del contrato con M.Z.A. la Fábrica del Pedroso sólo había consumido en sus hornos una décima parte del tonelaje pactado, exactamente 3.202,66 T. , que había alimentado la producción de no más de 1.500 T. de hierro afinado. Se hacía, de esta forma, necesaria la ampliación del contrato por otros cinco años desde el enero de 1880.
Sólo a partir de 1882 se registra un período de mayor regularidad en el consumo, con valores superiores a las 2.000 T. anuales de carbón, y una tendencia progresivamente ascendente en los pedidos hasta el mismo momento de la presentación de la suspensión de pagos en 1888. Son los dos años anteriores a la suspensión de pagos los que registran, paradójicamente, el mayor volumen de pedidos; cantidades de carbón mineral muy similares a las consumidas en los años de mayor actividad de esta siderurgia.
En esos mismos años anteriores al cierre de la explotación se produjo, también, una interesante tentativa de transformación en el sistema de producción de esta fábrica. Así, en 1884, la Sociedad del Pedroso tanteó la posibilidad de utilización de coke en la fundición y, para ello, solicitó información de las minas de La Reunión (M.Z.A.) sobre el precio de coste y la conveniencia del proyecto:
“Je confirme aujourd’hui l’evaluation de mon précédent rapport estimant a 10 p. le bénéfice que nous pourrions faire par tonne de charbon transformée en coke pour l’usine a fer du Pedroso. En effet, d’aprés les derniers cours, le coke anglais arriverait au Pedroso à des prix compris entre 194,5 rs. Et 214,5 rs.: = 48,6 et 53,6 p. … le notre a 6 p. de moins que le minimun, c.a.d. a 42,5 p. soit 170 rs (dont 15 rs. de transport); nous arriverions au bénéfice indiqué…” (25).
La rentabilidad del proyecto en los términos planteados por el Ingeniero Jefe de La Reunión era segura: un beneficio de 10 pts. por tonelada y un precio inferior en seis pesetas, como mínimos, en comparación con el coke inglés.
Sin embargo, un año después, ante lo que parecía ya una propuesta formal para el suministro de coke a la Sociedad del Pedroso, la dirección de las Minas de la Reunión mostraba una gran cautela y trataría de eludir el compromiso. ¿Razones?
Podemos encontrarlas en el sucesivo incumplimiento del contrato de 1876, sobre suministro, y de sus prórrogas, y sobre todo las dudas que planteaba la utilización del coke por la Sociedad del Pedroso.
“…J’ajoute qu’ilest d’autant plus convenable de nous de’charger de ce soin sur la Cie. Du Pedroso… …Enfin il est doteux que l’emploi du coke par la Societé du Pedroso doive ëtre bien durable” (26).
EL FUNDAMENTO DE UNA ESPERANZA DE PROGRESO LLAMADA “EL PEDROSO”.
Para hacernos una fiel idea de la dimensión de la actividad económica de la Fábrica de Hierros y Aceros del Pedroso, en su etapa de mayor esplendor, resulta muy ilustrativa la descripción que hace Madoz de esta siderurgia en el año 1849 (13):
“…Los hornos altos, que sirven para fundir los minerales de hierro, consumen en un año 95.000 qq y 15.000 qq de fundente de piedra calosa, y sobre 90.000 de carbones vegetales, dando una producción de 45 a 50.000 qq de hierro colado, entre ellos unos 4.000 en piezas moldeadas de maquinaria y otros efectos para la fab. y el comercio, cuyo consumo se aumenta de día en día. La mayor parte de este hierro se emplea en la oficina de cilindros, afinándolo para el comercio; otra buena porción en colado se vende para las fábricas de moldería, para la fundición de artillería de Sevilla, y para la cementación de las minas de cobre”.
Era en la operación de afinado del hierro donde se daba empleo al carbón de piedra traído desde Villanueva del Río, y en la denominada “oficina de cilindros” donde tenía lugar el referido proceso que “…produce al año sobre 20.000 qq de hierro fino para el comercio, que siendo de excelente calidad hace más de tres años que no cesan los pedidos, principalmente de Sevilla, Cádiz, Valencia, Barcelona, Alicante, Madrid, Córdoba y Extremadura” (14).
En aquella época, la Fábrica del Pedroso daba empleo a 160 hombres sin contar los que se dedicaban a la preparación del carbón vegetal o los que realizaban el transporte del mineral de hierro, del carbón y del producto mediante la utilización de carretas de bueyes, además de la carretería de los pueblos vecinos (15).
La construcción del ferrocarril que facilitase las tareas de transporte y la comunicación con los principales puntos de mercado no tuvo lugar hasta el año 1874, cuando culmina el trazado iniciado en 1868 por el ingeniero sr. Pastor y Landero desde la estación de Tocina (línea Sevilla-Córdoba) hasta El Pedroso, pasando por las minas de carbón de La Reunión (16).
LA ETAPA FINAL DEL PEDROSO Y EL CONSUMO DE HULLA
Lo que bien pudo significar una nueva etapa de actividad intensa en la Fábrica de Hierros y Aceros del Pedroso, a partir de 1876, no fue más que la continuación del declive. Ya se había concluido el trazado ferroviario hasta El Pedroso (17) y existía la intención documentada de adquirir 30.000 T. de hulla en el plazo inicial de tres años.
De haberse producido según los términos del contrato referido hubiera supuesto un consumo anual de 10.000 T, es decir, una cantidad suficiente para producir 4.000 T. de hierro afinado al año, aproximadamente el doble de la media alcanzada en su mejor momento (1832-1850).
La realidad fue muy distinta: el tres de julio de 1879 se hizo necesaria la prórroga del contrato por cinco años, a contar desde primero de enero de 1880. A su vez, esta prórroga fue ampliada por otros tres años a la terminación de la anterior en 1884 (18). De tal manera que en el momento de presentación de la suspensión de pagos en el año 1888 la suma total de carbones pedidos a cuenta del contrato de 1876 era de 20.750 T., unas 9.250 menos de las previstas para consumir inicialmente en tres u ocho años (19).
La evolución de los pedidos de carbón de la Compañía del Pedroso y las cantidades servidas desde 1876 hasta el cierre, en 1888, se expresan gráficamente a continuación en miles de toneladas.
Evolución de los pedidos de hulla por la Compañía del Pedroso 1876 a 1888 (20)
Era en la operación de afinado del hierro donde se daba empleo al carbón de piedra traído desde Villanueva del Río, y en la denominada “oficina de cilindros” donde tenía lugar el referido proceso que “…produce al año sobre 20.000 qq de hierro fino para el comercio, que siendo de excelente calidad hace más de tres años que no cesan los pedidos, principalmente de Sevilla, Cádiz, Valencia, Barcelona, Alicante, Madrid, Córdoba y Extremadura” (14).
En aquella época, la Fábrica del Pedroso daba empleo a 160 hombres sin contar los que se dedicaban a la preparación del carbón vegetal o los que realizaban el transporte del mineral de hierro, del carbón y del producto mediante la utilización de carretas de bueyes, además de la carretería de los pueblos vecinos (15).
La construcción del ferrocarril que facilitase las tareas de transporte y la comunicación con los principales puntos de mercado no tuvo lugar hasta el año 1874, cuando culmina el trazado iniciado en 1868 por el ingeniero sr. Pastor y Landero desde la estación de Tocina (línea Sevilla-Córdoba) hasta El Pedroso, pasando por las minas de carbón de La Reunión (16).
LA ETAPA FINAL DEL PEDROSO Y EL CONSUMO DE HULLA
Lo que bien pudo significar una nueva etapa de actividad intensa en la Fábrica de Hierros y Aceros del Pedroso, a partir de 1876, no fue más que la continuación del declive. Ya se había concluido el trazado ferroviario hasta El Pedroso (17) y existía la intención documentada de adquirir 30.000 T. de hulla en el plazo inicial de tres años.
De haberse producido según los términos del contrato referido hubiera supuesto un consumo anual de 10.000 T, es decir, una cantidad suficiente para producir 4.000 T. de hierro afinado al año, aproximadamente el doble de la media alcanzada en su mejor momento (1832-1850).
La realidad fue muy distinta: el tres de julio de 1879 se hizo necesaria la prórroga del contrato por cinco años, a contar desde primero de enero de 1880. A su vez, esta prórroga fue ampliada por otros tres años a la terminación de la anterior en 1884 (18). De tal manera que en el momento de presentación de la suspensión de pagos en el año 1888 la suma total de carbones pedidos a cuenta del contrato de 1876 era de 20.750 T., unas 9.250 menos de las previstas para consumir inicialmente en tres u ocho años (19).
La evolución de los pedidos de carbón de la Compañía del Pedroso y las cantidades servidas desde 1876 hasta el cierre, en 1888, se expresan gráficamente a continuación en miles de toneladas.
Evolución de los pedidos de hulla por la Compañía del Pedroso 1876 a 1888 (20)
Certeramente el ingeniero jefe de las minas que M.Z.A. explotaba en Villanueva del Río, don Edmund Thiery, preveía el final de la empresa del Pedroso, un desenlace escalonado entre la suspensión de pagos de la Fábrica en enero de 1888 y la venta de sus minas de hierro en 1893.
La venta de las minas de hierro del Pedroso, situadas en las proximidades de la fábrica y que alimentaron su producción siderúrgica durante más de 70 años, constituye el indicador final del proceso de extinción de las actividades de esta compañía. La casa contratante con la Compañía del Pedroso en la venta o cesión de las minas fue William Baird y Compañía, de Glasgow, que depositó a tal fin una importante cantidad que algunos estiman en 2.250.000 pesetas (27). Esta cantidad habría permitido satisfacer la mayor parte de los créditos hipotecarios, mientras que para los acreedores comunes y los accionistas quedaría el valor de la propiedad rústica -7.500 Has.- amén de la Fábrica de Hierros y todas las instalaciones anejas.
LA OPORTUNIDAD PERDIDA
“La localidad, las minas y la fábrica donde nacieron nuestras aficiones metalúrgicas e industriales”, en palabras del articulista de la Revista Minera, Metalúrgica y de Ingeniería (28), vieron alejarse de este modo las ilusiones y esperanzas en un desarrollo autóctono basado en el aprovechamiento de las riquezas minerales que ofrecía el subsuelo de la comarca: minas de hierro del Pedroso, Cerro del Hierro y San Nicolás (29) y hulla de la cuenca del río Hueznar, las Minas de la Reunión, beneficiada desde 1876 por la compañía M.Z.A. en su mayor parte para el consumo ferroviario de sus líneas meridionales.
La cantidad de mineral de hierro que contenían en 1893 los yacimientos que abastecieron a la Fábrica del Pedroso, según la memoria de los ingenieros Etchats y Mclaren (30), se aproximaba a los 20 millones de toneladas.
La hulla procedente de la minas de La Reunión satisfacía con creces la demanda que efectuara la Fábrica; el precio mismo de esta hulla, 70 y 60 reales por tonelada, no podía ser más ventajoso, incluyendo la tarifa de transporte, si los comparamos con los precios que la hulla inglesa o asturiana mantenía en el puerto de Sevilla: hulla cribada a 107 reales por tonelada en 1884 y el tipo “todo uno” a 83 reales, variedades comúnmente servidas al Pedroso (31).
¿Qué factores fueron los que realmente provocaron el fin de esta pionera experiencia?
Sin perder de vista la coyuntura económica desfavorable de finales de siglo XIX, el fracaso de esta empresa presenta aún muchos puntos oscuros. Deseamos que en adelante puedan acotarse debidamente y que los datos aquí aportados sean útiles para el esclarecimiento de los mismos. No obstante, resultaría adecuado dirigir la investigación hacia causas distintas de la ausencia de carbón mineral o su carestía para explicar el fracaso de la siderurgia del Pedroso.
Las principales compañías ferroviarias españolas del siglo XIX -fuertemente penetradas por capital extranjero- obtuvieron la mayor parte del material del tendido viario en mercados foráneos, frustrando así en la mayoría de los casos las posibilidades de desarrollo de la siderurgia local. La principal razón, señalada por la mayoría de los historiadores, reside en las facilidades que los gobiernos de la época otorgaron a la importación de material del ferrocarril durante las décadas cruciales de la expansión ferroviaria en España: 1856-65, 1876-85 y 1896-95. Un hecho revelador que no pasó desapercibido para los contemporáneos como muestra la siguiente reflexión, a modo de conclusión:
“La compañía de M.Z.A., dueña de la cuenca carbonífera de Villanueva del Río, que puede explotar mucho más en grande que lo hace, tiene carbón menudo para hacer cok, y puede perfectamente hacer acero duro o blando en el cubilote Robert para carriles y piezas moldeadas, y el coste que le tenga, aún en las poco favorables condiciones del Pedroso, será próximamente aquél a que tendrá que pagarlo cuando haya en el Gobierno el necesario juicio para cortar los abusos de la importación libre o favorecida del material de ferrocarriles” (32)
Artículo publicado en REVISTA GADES. Cádiz, 1985. Revista nº 13, pp. 277 a 287.
_____________
(1) Tedde, P.: “Un capitalismo precario (1874-1920)”. Historia de Andalucía, tomo VIII, capítulo IV. CUPSA –Planeta Editorial. Barcelona, 1980.
(2) Copia del informe emitido por el Jefe de lo Contencioso al Director General de la Compañía MZA. Madrid, 5 de mayo de 1900, pág. 2. Archivo de “Minas de la Reunión”, (en adelante A.M.R.). Expedientes varios, carpeta 13-10.
(3) Nadal, J.: “Las cifras de producción disponibles ratifican seis lustros de predominio meridional: en 1844, Río Verde-Málaga, con 7.829 T., y Pedroso, con 1.368, aportaron el 85,5 % de todo el hierro colado español; en 1856, 4.811 y 1890 T. sobre un total de 15.227… (datos de la Estadística Minera de 1856)”, de su obra “El Fracaso de la Revolución Industrial en España, 1814-1913”, pág. 170. Barcelona 1980, 4ª reimpr.
(4) Copia del informe emitido por el Jefe de lo Contenciosos…pág. 2, - A.M.R.
(5) Informes mensuales del Ingeniero Jefe de Minas de la Reunión (M.Z.A.) al Director General de la Compañía. Años 1887 y 1888. Exp. 249/12 y 249/13, Archivo del Centro de Estudios y Documentación de RENFE.
(6) Memorias del Yacimiento hullero de La Reunión, págs.. 7 y 8. -A.M.R.
(7) Según consta en las citadas Memorias el precio pagado fue de 75.000 pesetas.
(8) Copia del informe emitido por el Jefe de lo Contencioso…, pág. 1.
(9) La Compañía de la Reunión se constituyó el 18 de mayo de 1839 en Cádiz con el fin de explotar las minas de carbón de Villanueva del Río, según reza en la Escritura de Asociación que a tal fin realizaron don Antonio Zulueta (de Pedro Zulueta y Comp.), don José Manuel Vadillo, consejero honorario de Estado y senador por la provincia de Jaén, don Jerónimo Hernández Enrile, don Ignacio de Lizana y don Francisco Antonio de Elorza, los cuatro primeros vecinos de la ciudad de Cádiz y el último de Cazalla de la Sierra, Sevilla. Escritura otorgada en el Registro de don Joaquín Rubio, Notario. Escribanía 14, tomo 3.231, folios 769 y 770. Archivo Histórico provincial de Cádiz.
(10) Madoz, P.: “Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones de ultramar” Tomo VI, pág. 270. Madrid 1849, 2ª Ed.
(11) Memoria del Yacimiento de la Reunión, pág. 4. Cit.
(12) Para el comienzo de las actividades del Pedroso: Luxán, F.: “Viaje científico a Asturias…” pág. 151. Citado por J. Nadal, op. cit. pág. 168.
(13) Madoz, P.: op. cit., pág. 269, Tomo VI.
(14) Las cifras de producción citadas por J. Nadal para 1844 difieren con las señaladas aquí por Madoz para los años precedentes a 1849: 45 a 50.000 qq de hierro colado, o sea 2.170 T frente a las 1368 T. citadas por Nadal.
(15) Madoz, P.: op. cit., pág. 270.
(16) Memoria del Yacimiento hullero de La Reunión, pág. 8.
(17) Sin embargo, el ramal ferroviario que uniría la instalación fabril, separada unos cinco kilómetros de la población, no se terminó hasta 1885 cuando quedó completa la línea Sevilla-Mérida.
(18) Copia del informe emitido por el Jefe de lo Contencioso…pág. 1.
(19) Informe mensual (enero de 1888) del Ingeniero Jefe de las Minas de la Reunión al Director General de M.Z.A. 249/13 RENFE.: Notification de la suspensión de paiements de la Societé du Pedroso”.
(20) Datos obtenidos a partir de los expedientes de la Contabilidad anual de Minas de la Reunión (A.M.R.) y de los informes mensuales a la Dirección General de M.Z.A. (Archivo del Centro de Documentación de RENFE).
(21) Nadal cita un efímero encendido de los hornos entre 1918-1921. Op. cit., pág. 174.
(22) Como ya se ha dicho, el ferrocarril desde la estación de Tocina hasta el Pedroso estaba concluido en 1874, pero no así el enlace de las instalaciones de la fábrica con la estación de El Pedroso.
(23) Informe mensual, abril 1878, a la Dirección General de M.Z.A. 249/3. RENFE.
(24) Ibídem. Junio de 1878.
(25) Informe marzo 1884. Commerce du charbon. 249/9. RENFE.
(26) Informe de febrero 1885. “Commerce”. 249/10 RENFE.
(27) Revista Minera... año 1893. “La venta de las minas del Pedroso”. pág 99.
(28) Op. cit., pág. 100.
(29) “Posee la compañía seis minas en el término del Pedroso; dos de mineral magnético en la deh. nombrada de Navalostrillos… … y cuatro en la sierra del Cañuelo. Las restantes en el pueblo de San Nicolás del Puerto, a tres y media leguas de la fábrica…” Madoz P., cit. Pág. 270.(30) Revista Minera, Metalúrgica y de Ingeniería, op. cit., pág. 100.
(31) Informe mensual , febrero 1884. “Commerce du charbon”. 249/9 RENFE.
(32) Revista Minera…, op.cit. pág. 100. Año 1893. - J.G.H.: ”La venta de las Minas del Pedroso”-.
“La localidad, las minas y la fábrica donde nacieron nuestras aficiones metalúrgicas e industriales”, en palabras del articulista de la Revista Minera, Metalúrgica y de Ingeniería (28), vieron alejarse de este modo las ilusiones y esperanzas en un desarrollo autóctono basado en el aprovechamiento de las riquezas minerales que ofrecía el subsuelo de la comarca: minas de hierro del Pedroso, Cerro del Hierro y San Nicolás (29) y hulla de la cuenca del río Hueznar, las Minas de la Reunión, beneficiada desde 1876 por la compañía M.Z.A. en su mayor parte para el consumo ferroviario de sus líneas meridionales.
La cantidad de mineral de hierro que contenían en 1893 los yacimientos que abastecieron a la Fábrica del Pedroso, según la memoria de los ingenieros Etchats y Mclaren (30), se aproximaba a los 20 millones de toneladas.
La hulla procedente de la minas de La Reunión satisfacía con creces la demanda que efectuara la Fábrica; el precio mismo de esta hulla, 70 y 60 reales por tonelada, no podía ser más ventajoso, incluyendo la tarifa de transporte, si los comparamos con los precios que la hulla inglesa o asturiana mantenía en el puerto de Sevilla: hulla cribada a 107 reales por tonelada en 1884 y el tipo “todo uno” a 83 reales, variedades comúnmente servidas al Pedroso (31).
¿Qué factores fueron los que realmente provocaron el fin de esta pionera experiencia?
Sin perder de vista la coyuntura económica desfavorable de finales de siglo XIX, el fracaso de esta empresa presenta aún muchos puntos oscuros. Deseamos que en adelante puedan acotarse debidamente y que los datos aquí aportados sean útiles para el esclarecimiento de los mismos. No obstante, resultaría adecuado dirigir la investigación hacia causas distintas de la ausencia de carbón mineral o su carestía para explicar el fracaso de la siderurgia del Pedroso.
Las principales compañías ferroviarias españolas del siglo XIX -fuertemente penetradas por capital extranjero- obtuvieron la mayor parte del material del tendido viario en mercados foráneos, frustrando así en la mayoría de los casos las posibilidades de desarrollo de la siderurgia local. La principal razón, señalada por la mayoría de los historiadores, reside en las facilidades que los gobiernos de la época otorgaron a la importación de material del ferrocarril durante las décadas cruciales de la expansión ferroviaria en España: 1856-65, 1876-85 y 1896-95. Un hecho revelador que no pasó desapercibido para los contemporáneos como muestra la siguiente reflexión, a modo de conclusión:
“La compañía de M.Z.A., dueña de la cuenca carbonífera de Villanueva del Río, que puede explotar mucho más en grande que lo hace, tiene carbón menudo para hacer cok, y puede perfectamente hacer acero duro o blando en el cubilote Robert para carriles y piezas moldeadas, y el coste que le tenga, aún en las poco favorables condiciones del Pedroso, será próximamente aquél a que tendrá que pagarlo cuando haya en el Gobierno el necesario juicio para cortar los abusos de la importación libre o favorecida del material de ferrocarriles” (32)
Artículo publicado en REVISTA GADES. Cádiz, 1985. Revista nº 13, pp. 277 a 287.
_____________
(1) Tedde, P.: “Un capitalismo precario (1874-1920)”. Historia de Andalucía, tomo VIII, capítulo IV. CUPSA –Planeta Editorial. Barcelona, 1980.
(2) Copia del informe emitido por el Jefe de lo Contencioso al Director General de la Compañía MZA. Madrid, 5 de mayo de 1900, pág. 2. Archivo de “Minas de la Reunión”, (en adelante A.M.R.). Expedientes varios, carpeta 13-10.
(3) Nadal, J.: “Las cifras de producción disponibles ratifican seis lustros de predominio meridional: en 1844, Río Verde-Málaga, con 7.829 T., y Pedroso, con 1.368, aportaron el 85,5 % de todo el hierro colado español; en 1856, 4.811 y 1890 T. sobre un total de 15.227… (datos de la Estadística Minera de 1856)”, de su obra “El Fracaso de la Revolución Industrial en España, 1814-1913”, pág. 170. Barcelona 1980, 4ª reimpr.
(4) Copia del informe emitido por el Jefe de lo Contenciosos…pág. 2, - A.M.R.
(5) Informes mensuales del Ingeniero Jefe de Minas de la Reunión (M.Z.A.) al Director General de la Compañía. Años 1887 y 1888. Exp. 249/12 y 249/13, Archivo del Centro de Estudios y Documentación de RENFE.
(6) Memorias del Yacimiento hullero de La Reunión, págs.. 7 y 8. -A.M.R.
(7) Según consta en las citadas Memorias el precio pagado fue de 75.000 pesetas.
(8) Copia del informe emitido por el Jefe de lo Contencioso…, pág. 1.
(9) La Compañía de la Reunión se constituyó el 18 de mayo de 1839 en Cádiz con el fin de explotar las minas de carbón de Villanueva del Río, según reza en la Escritura de Asociación que a tal fin realizaron don Antonio Zulueta (de Pedro Zulueta y Comp.), don José Manuel Vadillo, consejero honorario de Estado y senador por la provincia de Jaén, don Jerónimo Hernández Enrile, don Ignacio de Lizana y don Francisco Antonio de Elorza, los cuatro primeros vecinos de la ciudad de Cádiz y el último de Cazalla de la Sierra, Sevilla. Escritura otorgada en el Registro de don Joaquín Rubio, Notario. Escribanía 14, tomo 3.231, folios 769 y 770. Archivo Histórico provincial de Cádiz.
(10) Madoz, P.: “Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones de ultramar” Tomo VI, pág. 270. Madrid 1849, 2ª Ed.
(11) Memoria del Yacimiento de la Reunión, pág. 4. Cit.
(12) Para el comienzo de las actividades del Pedroso: Luxán, F.: “Viaje científico a Asturias…” pág. 151. Citado por J. Nadal, op. cit. pág. 168.
(13) Madoz, P.: op. cit., pág. 269, Tomo VI.
(14) Las cifras de producción citadas por J. Nadal para 1844 difieren con las señaladas aquí por Madoz para los años precedentes a 1849: 45 a 50.000 qq de hierro colado, o sea 2.170 T frente a las 1368 T. citadas por Nadal.
(15) Madoz, P.: op. cit., pág. 270.
(16) Memoria del Yacimiento hullero de La Reunión, pág. 8.
(17) Sin embargo, el ramal ferroviario que uniría la instalación fabril, separada unos cinco kilómetros de la población, no se terminó hasta 1885 cuando quedó completa la línea Sevilla-Mérida.
(18) Copia del informe emitido por el Jefe de lo Contencioso…pág. 1.
(19) Informe mensual (enero de 1888) del Ingeniero Jefe de las Minas de la Reunión al Director General de M.Z.A. 249/13 RENFE.: Notification de la suspensión de paiements de la Societé du Pedroso”.
(20) Datos obtenidos a partir de los expedientes de la Contabilidad anual de Minas de la Reunión (A.M.R.) y de los informes mensuales a la Dirección General de M.Z.A. (Archivo del Centro de Documentación de RENFE).
(21) Nadal cita un efímero encendido de los hornos entre 1918-1921. Op. cit., pág. 174.
(22) Como ya se ha dicho, el ferrocarril desde la estación de Tocina hasta el Pedroso estaba concluido en 1874, pero no así el enlace de las instalaciones de la fábrica con la estación de El Pedroso.
(23) Informe mensual, abril 1878, a la Dirección General de M.Z.A. 249/3. RENFE.
(24) Ibídem. Junio de 1878.
(25) Informe marzo 1884. Commerce du charbon. 249/9. RENFE.
(26) Informe de febrero 1885. “Commerce”. 249/10 RENFE.
(27) Revista Minera... año 1893. “La venta de las minas del Pedroso”. pág 99.
(28) Op. cit., pág. 100.
(29) “Posee la compañía seis minas en el término del Pedroso; dos de mineral magnético en la deh. nombrada de Navalostrillos… … y cuatro en la sierra del Cañuelo. Las restantes en el pueblo de San Nicolás del Puerto, a tres y media leguas de la fábrica…” Madoz P., cit. Pág. 270.(30) Revista Minera, Metalúrgica y de Ingeniería, op. cit., pág. 100.
(31) Informe mensual , febrero 1884. “Commerce du charbon”. 249/9 RENFE.
(32) Revista Minera…, op.cit. pág. 100. Año 1893. - J.G.H.: ”La venta de las Minas del Pedroso”-.