Andaba yo dándole vueltas al título, cuando visité de nuevo en su casa a una de las personas que con más eficacia me ayudaba en los menesteres de documentación: Pepe Lora. Me acompañaba en esta visita Mercedes González, amiga y consocia de “La Fundición”, la asociación de pedroseños entusiastas que me había animado meses atrás a emprender la aventura de escribir este libro. Como en ocasiones anteriores, Pepe tenía preparadas varias hojillas cuadriculadas repletas de nombres y datos. Después de comentarlas, y cuando ya nos despedíamos, con su voz un poco apagada pero firme y clara, nos dijo con sencillez: “Ah, y recuerdo perfectamente la aurora boreal que vimos en El Pedroso cuando la guerra, el año 38”. Mercedes y yo nos miramos, sonrientes e incrédulos, nos despedimos de nuestro anfitrión y ya en la calle nos dijimos: “¿Una aurora boreal en El Pedroso? Imposible. Eso es un fenómeno que sólo se produce en el Polo Norte de la Tierra. Pepe está confundido y en esto se le ha ido la cabeza”. Aquella misma noche, Mercedes me envió un mensaje al móvil con este texto: “Increíble. Cierto. Hace 80 años una aurora boreal se vio en toda España, en plena guerra civil. Lo de Pepe es maravilloso. Tiene una MEMORIA PRODIGIOSA”. Y así nació el título de este libro, “LA MEMORIA PRODIGIOSA”, porque afortunadamente así es – prodigiosa, extraordinaria, asombrosa – la memoria de todos los que han colaborado con el autor en la elaboración, en la documentación y en las anotaciones de este volumen. Este no es un libro de historia, con mayúsculas, escrito por sabios y sesudos especialistas. No se le exija, pues, rigor científico porque, aunque he manejado abundante documentación complementaria, es un libro de historias, con minúsculas, anécdotas, hechos y sucesos basado en recuerdos vividos o conocidos por el autor y otras muchas personas sobre las gentes y la vida de El Pedroso en un periodo de tiempo bien determinado: los primeros sesenta años del pasado siglo XX. “LA MEMORIA PRODIGIOSA” es desde luego un LIBRO INCOMPLETO, porque con toda seguridad los lectores hallarán lagunas y errores. Por ello tiene también el carácter de LIBRO ABIERTO, es decir dispuesto a aceptar gustosamente las rectificaciones, enmiendas y aclaraciones que se aporten con vistas, si posible fuera, a una nueva y futura edición. Pretendo, igualmente, que sea un LIBRO DIDÁCTICO, que sirva para que las nuevas generaciones de pedroseños de la era de Internet conozcan y sepan del pasado de su pueblo y de sus mayores. Y sobre todo es un LIBRO COLECTIVO en el que hay una parte destacada de recuerdos personales del autor, pero también una importante aportación de muchos paisanos y amigos que han colaborado desinteresadamente. Es justo, por tanto, dejar constancia de mi gratitud: A Pepe Lora, que suma a su bonhomía, siendo ya nonagenario, una extraordinaria retentiva. | A Paco López, que con tanta generosidad me ofreció su valiosa colección de documentos y compartió conmigo apuntes, datos y reflexiones. A Juan Vizuete, que atesora una memoria extraordinaria de casos, ocurrencias y sucesos divertidos e inacabables. A Paco Gutiérrez, Montse y Luisa Brito, Antonio Pérez, Carmen Gallego, Gloria Durán, Pepe García y Julia Rodríguez, Manolita López, Tomás L. Chaves, Maruja Marín, Luis Rubio, Trini Saéz, Jesús Jiménez y Conchita Martínez, que me ofrecieron con largueza sus recuerdos y sus notas; a Winoco Marín que puso a mi disposición su impagable colección fotográfica, y a Mercedes Cataño, Elena Durán, Mercedes González Santamaría, Julio Fernández Domínguez, Lourdes Alonso Cuesta, José Luis Jiménez Martín y Jaime Forcada, que me ayudaron en la realización material del libro y me orientaron con sus puntos de vista y sus opiniones. Debo también expresar mi gratitud a mi amigo Antonio Laborda, alma de la editorial “La Hoja del Monte”, que creyó pronto en este proyecto con el mismo entusiasmo del autor, pero con mayor arrojo. Una cosa más: como quiera que el autor ha dedicado su vida profesional a la comunicación y a la información, el libro se nutre lógicamente con los diversos estilos de su oficio, y así en ocasiones parecerá que escribe un reportero, otras un guionista, a veces un narrador o quizá un periodista e incluso un fabulador. Por resumirlo en una palabra: un ESCRIBIDOR, como diría Vargas Llosa. Y así, con ese nombre o alias, aparecerá a lo largo de las páginas del libro, como ESCRIBIDOR. El ESCRIBIDOR desea, pues, que este memorial sirva para reconocernos los pedroseños en un pasado común. Y hacerlo gozosamente, porque – como escribió el poeta latino Marcial – “DISFRUTAR DE LOS RECUERDO ES VIVIR DOS VECES LA VIDA”. De eso se trata. José María (Pepe) Durán El Pedroso, otoño de 2.017 |
Día: 2 de diciembre, sábado
Hora: 13:00
Lugar: CCEENN -Centro de la Cultura Escuelas Nuevas-
EL PEDROSO (Sevilla)