Colada en un cerillo de la Mariánica y tapada por alcornoques y encinas, sorprende el paso de la carretera. ¡El que la fabricó razones tenía! A su ladera y en un cortijo llamado Majalimar, mejor que en un zulo, vegetaba D. Juan García, un fascista belga llamado León Degrelle y jefe del partido nazi Rexista, colectando hongos y avisos de sus prisas para cambiar de aposento que no le perdonaban su incomparecencia al Tribunal de Crímenes de Guerra... De su vida no mucho podemos recordar, salvo que era un caballero. Lo amparaba el gobierno del General Franco y dicen que la mano del ministro Girón le cubría. Tanto que, al ser condenado por el gobierno belga a muerte, él aseguraba que Spaak, jefe del gobierno, no se atrevería a imputarlo en los juicios de Nüremberg. ¡Algo habría! Se hizo con sus dos hermosas hijas un hostal allá por la carretera de Lora, “El Molino Azul" y casó una con un andaluz y siguió itinerante el clásico fugitivo, pero al revés, el judío errante era él. ¿Por qué su mujer quedó en Bélgica? En Constantina, en una ladera fabricó lo que parecía una Quinta Romana repleta de aguas, estatuas romanas y bustos de mujeres hermosas. ¿Cuál sería su procedencia? ¡La Carlina se llamaba! ¡Bueno! Como muchas veces me ocurre, no emperejilo bien mis recuerdos con la lógica comprensión de lo que se trata. Cuando el desastre de las tropas de Hitler y los últimos momentos de la invasión aliada y | rusa a Europa, tomó en Noruega un Heinkel con el que atravesó Europa hasta amerizar sin combustible en la playa de la Concha en San Sebastián, donde en el aterrizaje se rompió ambos brazos y una pierna. De allí se perdió su rastro hasta un cortijo de Sierra Morena donde lo descubrieron los judíos y por él fueron aquellos servicios secretos. Advertido desde Madrid y en suma vigilancia, por un portillo del cortijo tomó el campo, cuando tres coches rodeaban la hacienda. ¡No lo encontraron! En aquel alto pasó la noche inmerso en una madroña y con una Luger en la mano. Lo dijo Hitler "En caso de tener un hijo, me gustaría fuese como León Degrelle". Después vinieron otros tiempos, la Guerra Fría, el Plan Marshall, la vuelta de los embajadores que se fueron de Madrid y hasta la cooperación con los yankis en las bases de Zaragoza, Torrejón, Morón y Constantina. Antes, otro intento de secuestro, dejó envenenados una noche de calma chicha a todos los perros ladradores del entorno incluidos los de "La Carlina". Y ¡¡contrastes de la vida!! Les fabricó viviendas a los especialistas americanos de la Base Aérea de Cerro Negrillo de Constantina. ¡Bueno!, cuando antes puse a mi protagonista en aquel cerro cercado de enemigos, él me confesó que llegó el final y prometió a Dios un recuerdo si aquel era su fin. Murió en Torremolinos, fue testigo de mi boda y fabricó esa cruz que se ve cuando se sube a Sierra Morena. |
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AutorAsociación Cultural LA MEMORIA PRODIGIOSA.
José Mª Durán Ayo ARTÍCULOS DE José Mª Durán Ayo MÁS ALLÁ DE MI MEMORIA. José María Odriozola Sáez CUADERNILLOS DEL ARCA DEL AGUA. Luis Odriozola Ruiz Archivos del blog por MES
Noviembre 2022
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