Así llamaban a un abrevadero con fábrica de ladrillos pálidos que gotea en el fondo del soplado de una rambla. Quizás se lo digan por la tentación del caminante a librarse de todo peso para poder ascender a la planada de las Mesas. Allí mataron a Bellota el guarda una tarde de Septiembre. Allí murió también aquel mismo día Quino el de los conejos. De los tres protagonistas de esta tragedia que tuvo por música de fondo al viento y el ajear de la perdiz, tan solo vive uno: El Tonto de la Mariquina. Lagillón los encontró porque les delataron los pájaros y ya sus cuerpos se los comían las avispas. Quino con una bala de tercerola en el cuello y Bellota con el pecho raso de perdigones, a uno y otro brocal del pilar, hicieron la paz para siempre con los buitres del Corral de Granados por testigos. De lo ocurrido hay muchas versiones, solo el Tonto de la Mariquina podría decirlo, yo malicio una, voy a narrar tres y tu escoges aquella que más te guste. Son aquellos andurriales por lo quebrados, lugares apropiados para la caza y difíciles de dominar por los guardas del coto. La Tambalana y el Cerro de Enmedio se cierran en repentinos barrancos tapados de monte y levantan las cabezas para fisgar a la Hoya de Garganta Fría que ronca en los temporales. Los furtivos cubiertos por la aspereza del terreno y descubierta su osadía por la necesidad, bajaban por el Almendral hasta la presa de Reales y subían por el Cubillo a Riscos Pardos con asiduidad para hacer veredas... Bellota era joven y fanfarrón, Quino un hábil cazador y el Tonto de la Mariquina... una comadreja escurridiza. Esta pareja practicaba todas las modalidades del arte venatorio: aguardos, recechos, lazos, cepos, hurones...lo necesario para tener colmados a los guardas; y Bellota al oír los disparos aquella tarde sin dudarlo salió al encuentro por la vereda de Vaciatalegas. Así lo dedujo el juez: Bellota sorprendió a Quino y lo quiso obligar a que le acompañara al cortijo. Este se negó, lo amenazó y mutuamente se encararon las armas como en un duelo con el pilar en medio. Los disparos fueron simultáneos y las heridas | mortales. No gustó esta versión en el Pedroso y el hermano del guarda que era hatero de la finca y el resto de los allegados, lo explicaban así: Había llegado a la propiedad la señora y los empleados saludaban a la puerta de la casa, cuando se oyeron tiros de escopeta. Bellota ante la dueña, espontáneamente, se comprometió a traer desarmados a los infractores. En el aguadero dio alcance a Quino, furtivo con el que había tenido enfrentamientos anteriores. Discutieron y en el calor de los insultos, el cazador hizo intención de usar su arma. El guarda se adelantó con su tercerola y Quino cayó sobre la fuente. El Tonto de la Mariquina que recechaba por la otra banda del regajo haciendo pareja con el muerto, observaba la escena tras un lentisco y a su vez descargó su escopeta a boca de jarro sobre Bellota. Pero esta variante tampoco satisfizo en Cazalla; para ellos el caso era más complicado. Aquella tarde todos los operarios de la finca habían sido agasajados por la dueña y la euforia de las copas las rompió el estampido de las escopetas de los intrusos. El guarda acicateado por la presencia del ama, partió con el propósito de traerlos desarmados. Allí en el pilar de Vaciatalegas sorprendió Bellota, el guarda jurado, a Quino el de los Conejos y al Tonto el de la Mariquina, ambos cazadores de profesión en terrenos libres, cotos y vedados. En esta ocasión las cosas llegaron más lejos; con los agravios, las amenazas y ya los nervios perdidos, Quino disparó sobre el guarda que cayó herido de muerte. El Tonto, mudo espectador del suceso, veía como Quino se desesperaba viendo agonizar a Bellota y fríamente pensó que había llegado su momento. Tomó el rifle del moribundo, lo descerrajó sobre su compañero y huyó monte arriba. EI Tonto de la Mariquina tenía embarazada a una niña de trece años, la hija de Quino y sabía que este no le perdonaría. Por todo ello tiene explicación el escrito con sangre que había en el brocal del pilar. Se leía maricón según unos, para otros quería decir: Mariquina. |
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AutorAsociación Cultural LA MEMORIA PRODIGIOSA.
José Mª Durán Ayo ARTÍCULOS DE José Mª Durán Ayo MÁS ALLÁ DE MI MEMORIA. José María Odriozola Sáez CUADERNILLOS DEL ARCA DEL AGUA. Luis Odriozola Ruiz Archivos del blog por MES
Noviembre 2022
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