Habría de dar comienzo con un corrido mejicano, aquel que dice "Tres eran tres, las hijas de Elena, tres eran tres y ninguna era buena"' La Primera Rosalía tartamudeaba pero no se le notaba más que cuando hablaba. Tres eran tres...(bis) La segunda Patrocinio cojeaba pero no se le notaba más que cuando andaba. Tres eran tres... La tercera Rosarito no escuchaba más que al novio cuando le silbaba. Tres eran tres... Pues las Caparrós vinieron a visitar la tierra de sus antepasados desde las orillas del Paraná, ese río del que se dice como de algunas personas "que besa la orilla y se va". Arribaron de aquellas pampas acompañadas por un hermano ciego letrado por la Universidad de Rosario. Hombre docto, liberal y profusa dialéctica. Me regaló una calabacilla para sorber la hierba mate con una cánula de plata que decía: "Dame mate, dame mate que me gusta más que el chocolate". A ellas tres les absorbían los escaparates de Sevilla y el pescadito frito y cuando fueron a Almería Se horrorizaron de la Sierra de los Filabres en el pueblo de sus abuelos, Uleila del Campo entre el cerro de Monteagud y el Desierto de Tabernas. Se sospecha que un golpe de una lotería que se depositó en su barrio de Buenos Aires, el del General Sarmiento, les llenó la bolsa de plata. No lo dudaron, a Europa, tres días en París, dos en Roma, un crucero por las islas griegas y al pueblo de sus abuelos en la sierra de los Filabres. El hermano ciego, cuando lo llevamos al | Alcázar en Sevilla, se deshacía al sobar los azulejos, de los que a mi parecer sacaba más entendimiento en la obscuridad de sus ojos, que yo con la luz meridiana. De las tres, la menor en edad, había roto cama y habitación con un italiano a la que estaba unida en matrimonio. Me daba la impresión que no había cancelado los recuerdos y que se refugiaba en unas prácticas religiosas ultramarinas. Ejecutó en nuestra presencia una danza lenta con movimientos de brazos y manos, que utilizaban para fervorizar a los fieles asistentes acompañada de una música mansa. Descubrieron además de las pijotas fritas, el jamón de Jabugo y la manzanilla de Sanlúcar, los escaparates de un almacén de ropa femenina llamado Women Secret, de donde a pesar de su edad y proporciones hicieron provisión de lencería. A la vuelta de su periplo por el Mediterráneo y tocar en Barcelona, un astuto catalán les endosó tres abrigos de piel sintética de brillante y distinto pelaje, lo que las hacía voluminosas en extremo e inefables en el trato a pesar de la fiereza de sus pellejas. Detrás siempre murmurando malhumorado el hermano legista y ciego. Y como todo en este mundo acaba, llegó el día de la partida del clan de los Caparrós. En la terraza de la taberna nos despedíamos, caía la tarde y soplaba un aquiloncillo. Mi mujer arropada por las tres hermanas con sus pellicas selváticas y ella de abrigo rojo, parecía la guinda de una tarta. EI ciego y yo discrepábamos sobre la democracia y como él siempre me abrumaba con su buen decir declamando y a modo de finiquito, habló: -Ya voy a cambiar de constelación, dejo La Estrella Polar y la trueco por La Cruz del Sur, las que nunca pude ver. Te quiero...vos sos un loco lindo |
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AutorAsociación Cultural LA MEMORIA PRODIGIOSA.
José Mª Durán Ayo ARTÍCULOS DE José Mª Durán Ayo MÁS ALLÁ DE MI MEMORIA. José María Odriozola Sáez CUADERNILLOS DEL ARCA DEL AGUA. Luis Odriozola Ruiz Archivos del blog por MES
Noviembre 2022
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